Genocidio y Negacionismo

Joxe Iraurgi, Lekeitio

Fue Raphael Lemkin, jurista polaco de familia judía y perseguido por los nazis y exiliado en EE.UU, quién acuñó el término “genocidio” y fue el principal impulsor para que fuera reconocido como delito por el derecho internacional.

El genocidio es la aniquilación o exterminio sistemático y deliberado de un grupo social por motivos raciales, políticos o religiosos, genocidio también es: La destrucción de una identidad “Lengua, Historia, Cultura, etc”.

El negacionismo es exhibido por individuos y Estados que eligen negar la realidad para evadir una verdad incómoda, también es una posición ideológica a través de la  cual el sujeto reacciona sistemáticamente contra la realidad y la verdad.

Ambos conceptos están estrechamente unidos, cuando se produce un genocidio, a continuación los Estados que lo han realizado ponen en práctica el “negacionismo” con todo su poder mediático, los intelectuales del pesebre y las armas si es necesario.

Esta realidad de genocidio y negacionismo se ha practicado con nuestro “Estado navarro” y su sociedad, un Estado construido por todos los vascos.

Al haber sido conquistado y genocidamente colonizado y ocupado por el imperialismo franco español vaticanista, estos, han secuestrado toda nuestra historia, destacando como soportes ideológicos, el Estado Vaticano, a partir del siglo XVII los jesuitas y como colofón una vez terminada la cuarta guerra carlista (me refiero a la guerra de 1936 en nuestra patria) el Opus Dei.

Los conquistadores han dejado gestionar los residuos y las migajas al establishment político vasco, tales como el euskara, folklore y la historia con el imaginario de los Estados conquistadores que es la que se transmite en las escuelas  de primaria y secundaria, bien asesorados por “intelectuales” muy bien renumerados, eso sí, en euskara pero sin ideología, por ello en bastantes ámbitos de nuestra sociedad hay un rechazo camuflado y no crece el ritmo eusko parlante a la velocidad de lo que debiera hacerlo.

Es un eufemismo pensar que tenemos escuelas, universidades etc. de obediencia patriótica y democrática, todas ellas son franquicias de los Estados conquistadores y todos sus planes de estudios están dictados por los mismos Estados y son una herramienta más para la colonización permanente e integral de toda la sociedad del Estado navarro.

Esto ha generado una sociedad acomplejada y una serie de políticos del establishment vasco, completamente al margen de la historia y contaminados con el síndrome de colonizado, a los cuales no les interesa que la sociedad que dicen defender se empodere, lo único que les interesan son sus estatus personales, así vemos que se inventan “eufemismos” de todo tipo para justificarse y mantenerse  en el poder franquiciado, van generando una red de intereses políticos clientelares en todos los estamentos del poder político y empresarial, incidiendo principalmente en la enseñanza y generando un funcionariado afín, así se da la paradoja de que los mayores practicantes del “genocidio y negacionismo” están dentro de la misma sociedad conquistada.

Es clarificadora la cita de: Winston Churchill. Ex primer ministro de Inglaterra y premio nobel de literatura: El político que no sepa la historia de su pueblo, que se retire de la política y se dedique a otra cosa.

En el otro extremo estuvo situado el poder fáctico armado, al día de hoy en proceso de liquidación, que lo único que ha conseguido en toda su historia es: Cohesionar más a los Estados conquistadores y destrozar tres generaciones de jóvenes y la cuarta dejarla con el encefalograma plano, siendo caldo de cultivo para el voto al “social imperialismo “ ya lo dijo F.Gonzalez, expresidente del gobierno español: Catalunya es un problema político y el País vasco es un problema de orden público.

Ejemplos de “genocidio y negacionismo” son: La profanación de los yacimientos arqueológicos de la Plaza del Castillo en Iruña con la colaboración de los de la Navarra Foral y española.

La profanación de los yacimientos de Iruña Veleia, con la inestimable colaboración de los políticos del establishment vasco.

Otros casos peculiares que demuestran hasta qué punto estamos colonizado, voy a poner un ejemplo que se da bastante a menudo: Cuando los  patriotas navarros exhiben los símbolos del Estado navarro y organizan actos culturales o políticos, los reporteros de la prensa, radio y TV de obediencia del establishment político vasco, boicotean toda información al respecto.

Otra de las consecuencias, que produce todo este cúmulo de anormalidades en la sociedad colonizada, se refleja en lo enunciado por Helmut Kohl.  Ex canciller de Alemania y principal artífice de la reunificación: “Un pueblo que no conoce su historia, no puede comprender el presente ni construir el porvenir”.

Otro eufemismo es el llamado “conflicto vasco”, tan alardeado por los políticos del establishment vasco, el único conflicto hoy y que dura casi 1000 años es el del Estado navarro, al día de hoy todavía bajo la conquista y ocupación asfixiante por los Estados de España, Francia y el Vaticano.

Conclusión: En el Estado navarro, conquistado y genocidamente colonizado y persistente al día de hoy, sobran todos los eufemismos como: La autodeterminación, el derecho a decidir, la creación del Estado vasco, el nuevo Estatus, la Nación foral, confederaciones varias, soberanías compartidas etc. no son más que “brindis al sol” y una forma más de ilusionismo y prestidigitación momentánea, para que al final solo se produzca  más frustración.

Algún día los políticos del establishment vascos deberían asumir con humildad y realizar un análisis profundo, empezando por reconocer que están influenciados  con el “síndrome del colonizado”, aunque el descolonizarse llevaría su proceso, por lo menos deberían de ser humildes, formándose en el “Paradigma navarro” creérselo y a la vez cambiar su mensaje para evitar que más pronto que tarde la sociedad empoderada y la historia los juzgue.

Con todas las experiencias acumuladas durante tantos años, hoy podemos afirmar qué: La vía real y tangible a las puertas del siglo XXI es la recuperación de nuestro Estado navarro, y el “derecho a ejercer” de la sociedad como sujeto político estatal navarro, para ello todas las instituciones emanadas de los Estados conquistadores más los partidos representativos de los mismos se tiene que mantener al margen, solamente así conseguiremos la “libertad” para la sociedad actual y las venideras.