LA FELONÍA DE LOS LÓPEZ DE HARO

Aitzol Altuna Ezunza en La Historia Oculta de Bizkaia
El rey de Nabarra Sancho Garcés o García IV fue asesinado en una cacería cuando contaba con 14 años en el año 1076, empujado por el barranco de Peñalén por algunos nobles y dos de sus siete hermanos, Ramón y Ermesenda, por eso es conocido como García “el de Peñalén” (entre Funes y Alesves, Villafranca). Los hermanos del rey asesinado recorrieron el reino y trataron de ganarse al Pueblo que los repudió.
El rey de León y conde de Castilla Alfonso VI estaba detrás del asesinato de su primo Sancho Garcés IV, el cual rindió honores a la fratricida Ermesanda en las Cortes de Castilla. El otro fratricida, Ramón, se escondió en la Zaragoza del reyezuelo musulmán Muqtadir. Alfonso VI “el Emperador” aprovechó el desconcierto y entró en reino baskón donde encontró apoyo en algunos nobles nabarros; llegó el castellano-leonés hasta Sangüesa, pero el Pueblo y la mayoría de nobles nabarros derrotaron a las tropas castellanas.
La primera felonía, la felonía primigenia de los López, tuvo lugar en ese año 1076. Para entonces Iñigo López “Ezkerra” se había retirado a favor de su hijo, Lope Iñiguez (1077-1093). Lope Iñiguez, junto con su padre, su suegro y otros magnates, juró fidelidad al rey Alfonso VI rey de Castilla-León, tras el fratricidio del rey de Nabarra. En ese mismo año, Lope Iñiguez se hizo cargo de las tenencias de Alaba y de Gipuzkoa además de seguir en la de Bizkaia, mientras que el gobierno de las tierras riojanas fue encomendada al conde García Ordóñez, yerno del asesinado Sancho “el de Peñalén” y parte de la conspiración.
Tras el regicidio de Sancho Garcés IV “el de Peñalén”, el traidor Iñigo López aparece en un documento castellano de Alfonso VI en 1082 en el que demuestra tener un “iure hereditario” por sus campañas en La Rioja a favor del castellano-leonés y contra Nabarra. En ese documento el felón Iñigo, da San Vicente de Ugarte (hoy Barakaldo) al monasterio riojano de San Millán de la Cogolla (recogido por G. Monreal “Las instituciones públicas del señorío de Vizcaya hasta el siglo XVII” 1974).
Otro documento de pocos años después de la reina castellano-leonesa Doña Urraca es más claro, pues el nieto de Iñigo, Diego López I recibe un “privilegio de inmunidad” sobre sus tierras “a perpetuidad extensa a sus herederos” (G. Balparda “Historia crítica de Vizcaya y de sus fueros” 1974). Según comenta Balparda en “Historia crítica del señorío de Vizcaya y de sus Fueros” (1974), los Haro, pese a ser expulsados por Alfonso I, tenían heredades, aldeas, monasterios collazos y bienes raíces en Bizkaia.
Es decir, los López, pasaron de ser tenentes o administradores de un territorio en nombre del rey de Nabarra a tener derecho a herencia de tierras y títulos nobiliarios robados a Nabarra, un buen motivo económico y de poder para su traición. López de Haro se pasó a Castilla por la herencia del señorío “nobilis familiari diocidio”. Pese a pasarse a Castilla, el hijo mayor de Iñigo López “Ezkerra” de nombre Fortun o Fortunio, siguió en Nabarra con el importante cargo de Alférez Mayor, también sus hermanos Garcia y Galindo.
Aunque ya Iñigo López “Ezkerra” era tenente de Bilibio con Nabarra desde 1073, castillo en las afueras en las Conchas de Haro, tomaron el apellido los felones de los Haro tras haberle sido concedido por parte de Alfonso VI “el Emperador” a Diego López I (1093-1124) el señorío de la villa de Haro, el cual la repobló en su zona de Villabona. Sin embargo, el primer texto donde aparece incorporado el topónimo a su apellido se ha encontrado en una escritura de 1117, en la cual el hijo de Diego López I, Lope Díaz I es nombrado con la siguiente mención: “Donus Didacus Lópiz de Faro”.
Alfonso I “el Batallador”, rey de Nabarra y conde de Aragón, recuperó toda la Nabarra Occidental en el año 1109, por tanto, 31 años después de su ocupación o quizás del simple cambio de soberano mediante un vasallaje feudal de los Haro a Castilla-León, que habría dejado todo ese territorio nabarro en una indeterminación jurídica Internacional, pues ni el territorio ni el título les pertenecía a los Haro, por lo que el cambio de reino sólo se podía dar de hecho y no de derecho. Es difícil vislumbrar si tan pocos años supusieron alguna variación para las tierras nabarras occidentales y para los nabarros que las habitan.
Que el señorío de Bizkaia no seguía en manos de los López de Haro queda reflejado en una escritura de Nájera, cuando Urraca y Alfonso I “El Batallador” estaban en 1110 preparándose para la conquista de Zaragoza, aparece “Didacus Lupus dominante in Naxera et Granione”, pero no firma como señor o conde de Bizkaia. Parece que la boda real trajo la recuperación del señorío a Nabarra.
Tras la derrota en Castrogeriz de las tropas castellanas encabezadas por Diego López frente a Alfonso I, es nombrado un tal Lope Iñiguez conde de Bizkaia. Estaba emparentado con los Aznar de Gipuzkoa fue nombrado conde de Bizkaia. Pero en 1113 se reconcilia Alfonso I con Diego Lopez que aparece junto a el en un documento firmando como Diego Lopez dominante en el castillo de Burandón en Alaba y en Bizkaia. Diego López se encontraba con la reina de Castilla Urraca en el año 1117 y firma como “dominador en Haro” y no como señor de Bizkaia. En las coronación del hijo de Urraca como rey de Castilla al año siguiente firma con el mismo título. El Obispo Munio tras volver de Roma por un encargo de la reina Urraca de Castilla, teme pasar por territorio del rey Alfonso I “el Batallador”, por lo que con un indígena que sabe la lengua vasca pasa por “Alpes ingreditur: rinde Ipusciam, et pero Navarram, et per Viscayam et pero Asturiam praeter mare quod extremis Hispaniae rupibus alliditur; nun eques pedes praeterit”. En la toma de Zaragoza junta a Alfonso y su cuñado Gastón de Bearne y Lapurdi, estaba Diego Lopez de Haro, García Galíndez de Ayala y Ladrón de Gipuzkoa.
En la toma de Haro intentaron los nabarros sitiar a Diego López I, aunque parece que llegaron a un acuerdo sin llegar a rendir la población. Alfonso I cambió los tenentes nombrando a nuevos nobles nabarros afines. Así, en el año 1113 Alfonso I “el Batallador” dio la tenencia de Nájera que incluía Haro a Fortún Garcés Cajal, uno de los nobles más fieles al rey nabarro, que mantuvo el señorío de La Rioja hasta 1134 que fue conquistada por Castilla en gran parte. Diego López se mantuvo al lado del rey nabarro hasta 1124, cuando se produjo la segunda felonía por lo que fueron expulsados del reino baskón de Nabarra dejando de ser Señores de Bizkaia a favor de las familia alabesa de los Bela o Ladrón de Gebara.
El título de “señor de Bizkaia” pertenece a la corona Nabarra, por lo que sólo pudieron usurparlo los Haro contra derecho tras invadir la Nabarra Occidental con sus tropas comandadas por el magnate castellano Diego López II “el Malo” junto a las tropas del rey de Castilla que acabó en el año 1200.